Diseñando ciudades | NTT DATA

ju., 04 julio 2024

Diseñando ciudades

En el marco de la Barcelona Design Week Pro 2021, NTT DATA lideró una mesa redonda en la que se debatió en torno a quién tendrá la responsabilidad de diseñar las ciudades de 2050. Esta conversación buscaba entender cuál es el papel de la Generación Z en el diseño de las ciudades futuras, buscando respuestas en los modelos actuales, hacía dónde vamos y el papel de la tecnología en todo este proceso.

El debate fue moderado por Jorge Márquez Moreno, director del equipo de Experience Design Europa en NTT DATA. Periodista y diseñador con un máster en Comunicación Digital por la Universidad Pompeu Fabra. Profesor especializado en gestión del diseño y User Experience en ESDI, IED y La Salle. 

Así mismo, tuvimos la suerte de contar con 5 tertulianos:

  • Isabella Longo - Directora de "Barcelona Institute of Technology for the Habitat” BIT HABITAT en el Ayuntamiento de BCN
  • Mariella Brito - Coordinadora en Economía Humana. Urbanista, arquitecta, especialista en innovación ciudades.
  • Elisenda Saborit - Manager Business PS&H en NTT DATA.
  • Marc Palomero - Ingeniero biomédico de formación. Activista en transformación social. Milita en un partido revolucionario y forma parte del “Moviment de l’Habitatge” en Barcelona.
  • Cristian Pérez - Estudiante de arquitectura

¿Quién diseña las ciudades de 2050?

Estamos viviendo en un momento de gran oportunidad para poder redefinir, o como mínimo repensar ideas de cómo enfrentarnos al futuro de las ciudades dónde reside más de la mitad de la población mundial. Hoy en día, la ciudad ha pasado a ser un centro abierto de oportunidades, un núcleo en crecimiento que genera puntos de interacción, tan esenciales para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Como dijo nuestra tertuliana Isabella Longo, concibiendo la ciudad como un proyecto complejo de ingeniería social, la interacción es inherente al concepto de ciudad.

Las ciudades permiten el encuentro; son lugares dónde se reúnen personas para desarrollar sus actividades, no sólo a nivel productivo, sino también a nivel del cuidado. Somos seres sociales que deseamos conectar y vivir en comunidad. El componente humano en las ciudades es fundamental para su funcionamiento y según nuestro tertuliano representando a la Gen Z Marc Palomero, tendría que ser lo único en lo que deberíamos fijarnos, ya que, según su opinión, “todo empieza y acaba en las personas”. Las ciudades se deben construir desde el bienestar y las necesidades de sus habitantes, y no sólo desde el punto de vista de la producción y la reproducción.

¿Será entonces el diseño centrado en las personas uno de los elementos principales en la gestión del diseño de una ciudad?

Los hábitos y necesidades que moldean las ciudades

Podemos afirmar que las ciudades responden a las personas de diversas formas, sin embargo, debemos tener en cuenta que también los hábitos que tenemos influyen en cómo son las ciudades. Como comenta nuestra tertuliana Elisenda Saborit, si todas las personas empezamos a comprar online y dejan de existir tiendas físicas, la fisionomía de la ciudad se verá claramente afectada. Está claro que las empresas tienen un papel fundamental en diseñar nuestros hábitos a nivel tecnológico, pero ¿cómo influirán en el diseño de esos hábitos a otros niveles? Aunque el diseño sea un concepto necesario, si lo pensamos a nivel de una ciudad, nos puede llevar a prácticas dónde se termina dibujando la ciudad para usos no requeridos. Aquí podemos rescatar de nuevo el componente humano de la ciudad, que permite la adopción de un cambio alineado con las necesidades de las personas que allí viven. Los espacios se construyen con una determinada finalidad y terminan cumpliendo otra más alineada con las necesidades reales de las personas, quienes atribuyen otra función al espacio; y eso debe ser bienvenido.

Diseño centrado en la vida

Como parte de la ciudadanía, no sólo influimos en la tecnología y en lo que consumimos, sino en todo nuestro entorno generando un impacto que va mucho más allá. El diseño juega un papel importante en redefinir este impacto, pero tiene que existir también un espacio de participación de las personas usuarias, una adaptación a sus necesidades. Hablamos de un co-diseño que permita la inclusión de la ciudadanía que utiliza las ciudades y de esta forma dibujarlas conjuntamente, alineando las decisiones a las necesidades de las personas. Quizás tendemos a una arquitectura más "popular”, como afirma nuestro tertuliana representando a la Gen Z Cristian Pérez, hecha por la ciudadanía y para ella, en lo que supone una clara vuelta a los orígenes. Lo que es cierto es que se prevé que, en 2050, el 80% de la población vivirá en ciudades, así que es fundamental entender cómo adaptar las ciudades a este crecimiento poblacional.

Participación ciudadana: la suma de todas las generaciones

Los procesos de participación ciudadana tienden claramente a una digitalización, y si partimos de ahí, excluimos a gran parte de la tercera edad, obviando el debate y la participación real de toda la ciudadanía. Efectivamente, la participación ciudadana también se acerca más a las personas que tienen una mayor capacidad crítica para involucrarse en los procesos de la ciudad, lo que conlleva un sesgo en las decisiones que deben ser tomadas. Probablemente se tendrá que buscar otro camino más integrador para todas las capas de la sociedad que se enfoque en una participación cualitativa e inclusiva. Para ello debemos abrir el debate no sólo a la Gen Z, sino a todas las generaciones.

Inclusión, educación y tecnología aplicada a la vida

Podemos afirmar que el gran reto de diseño de la ciudad se debe enfocar en la tecnología y la inclusividad. La tecnología nos brinda muchas posibilidades que probablemente aún no somos capaces de dibujar, pero en muchos sentidos juega a nuestro favor, ya que, a pesar de tener sus fallos, está diseñada por humanos. El diseño puede ayudar a la tecnología a acercar a las personas, diseñar con ellas y para ellas, para intentar reducir la brecha entre ambas partes.

La tecnología debe ser un medio y nunca un fin para lograr nuestros objetivos. A pesar del peso que tiene la tecnología en nuestro día a día, si hablamos sobre la Gen Z y sus inquietudes, nos damos cuenta de que su gran preocupación no pasa por la tecnología, sino por conseguir llegar a final de mes. Tal como dice nuestro tertuliano Marc Palomero, tendríamos que redireccionar la tecnología y aplicarla en problemas reales, como, por ejemplo, conseguir que los alquileres bajen y evitar un éxodo de la ciudad.

Quizás como colectivo tendríamos que preguntarnos cuál es el impacto que deseamos conseguir con la tecnología y qué deseamos alcanzar para lograr el bien común, poniendo el foco en las personas, en lo que piensan y necesitan, promoviendo un modelo de co-igualdad que busque un proceso de co-participación sistemática de la ciudadanía. Buscar procesos que fomenten la obertura, la inclusividad y la interrelación para poder generar pensamiento crítico entre las personas. Tener la iniciativa de educar socialmente para abrirnos a escuchar, observar, aprender, incluir e influir en nuestra comunidad y nuestro entorno.

Queramos o no, está visto que la tecnología es un facilitador en estos procesos de co-creación. En este sentido, la Gen Z, una generación de personas nativas digitales con consciencia social, tendrá un papel relevante en la transformación del diseño de las ciudades. Confiemos en las personas generando espacios de debate y de escucha de nuevas perspectivas. Confiemos en que esa escucha impactará positivamente en la tecnología, apoyándonos en el diseño centrado en las personas y contando siempre con un propósito alineado con esta visión colaborativa.

Infografía

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