Dentro del marco de la Barcelona Design Week Pro 2021, desde NTT Data realizamos una mesa redonda para abrir debate sobre cómo el diseño y la tecnología impactan en las relaciones sociales. Hicimos énfasis en buscar respuestas a los retos presentes y futuros sobre la interferencia de las plataformas gamificadas en las relaciones e interacciones sociales.
Este debate fue moderado por Jorge Márquez Moreno, director de Experience Design EU en NTT DATA. Periodista y diseñador. Máster en Comunicación Digital por la Universidad Pompeu Fabra. Es profesor especializado en gestión del Diseño & User Experience en ESDI, IED y La Salle y tuvimos la suerte de contar con 4 tertulianos:
- Alejando Serra, estudiante en ingeniería en organización de las Tecnologías de la Información y de la comunicación (OTIC), tiene 20 años y 115 mil seguidores en Tik Tok.
- Alba Gálvez, estudiante de Diseño gráfico e industria, tiene 23 años y es asidua a RRSS (IG y Tik Tok, Youtube, Twitch y Twitter).
- Encarna Ruiz, Doctora en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona y Directora del Departamento Universitario de Teoría y Análisis del Diseño de la Escuela Superior de Diseño ESDi.
- Emiliano Labrador, Doctor en gamificación y experiencia de usuario por la Universitat Ramon Llull y Lead User Experience Analyst en NTT DATA
La actividad se retransmitió en streaming desde el NTT DATA Living Lab y formó parte del primer ciclo de investigaciones ‘Live research’ de la entidad, que estará compuesto por 4 investigaciones sobre Generación Z y el diseño.
¿Cómo serán las relaciones sociales dentro de una década?
Se dice que ‘Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana’ y los expertos llaman a esta ventana ‘el tercer espacio’ o ‘espacio intermedio’ según nuestra tertuliana Encarna Ruiz. Se refieren a un lugar hecho a nuestra medida, donde transcurre la vida, nuestras decisiones, nuestro ocio, nuestras relaciones con los amigos, pareja y familia. Un lugar mágico a nuestros ojos, pero no lo olvidemos, un lugar creado digitalmente.
Las consecuencias de la pandemia COVID-19 son muchas y en muchos sentidos, pero si observamos nuestra vida social, rápidamente vemos como los espacios digitales han ganado protagonismo, ya que durante un tiempo han sido el único espacio de relación entre las personas.
Es cierto, nos han ayudado a sobrevivir a esta pandemia, pero todavía nos acompañan. Si estos espacios nos aportan tanto como para quedarse, entonces ¿y si nos planteamos cómo deberían ser?
Nos relacionamos en círculos mágicos
A lo largo de los últimos meses, las redes sociales (RRSS) y las videollamadas han sido el patio de la escuela, el bar con los amigos, la biblioteca, la parada del mercado, ese lugar donde encontrarte y tener una conversación amena con los tuyos. Obviamente, han cumplido su función, compartir nuestro día a día, pero la parte diferencial es que han sustituido esos espacios físicos, han sido nuestra única opción. Las limitaciones impuestas nos han obligado a trasladar nuestra vida real, física a espacios digitales, impulsados por nuestra necesidad de relacionarnos, de no perder el contacto.
El diseño de las RRSS está basado en patrones de gamificación, tratando de ser un espacio de entretenimiento y ocio. Cierto es que, cuando navegas en las RRSS, miras las novedades de tus contactos, vas saltando de una publicación a otra, miras el contenido que la plataforma te recomienda y cuando te das cuenta, se te ha ido la tarde.
El Dr. Emiliano Justo Labrador, uno de nuestros tertulianos, utiliza el término del mundo de la gamificación ‘círculos mágicos’ para definir nuestros espacios digitales como ese lugar ideal, definido como un juego en un espacio y lugar concreto (Johan Huizinga en Homo ludens). Mágico o no, nos cuesta salir de ellos.
El juego es la gramática digital
Si reflexionamos, vemos que estos terceros espacios nos han ayudado a sobrevivir esta situación excepcional, pero como mencionan los dos tertulianos Gen Z ‘estos espacios han llegado para quedarse’. Si esto es así, queremos alzar la voz y reflexionar sobre quien influye en el diseño de estos lugares mágicos de socialización.
Por un lado, la Generación Z son los prosumidores de este espacio. Ellos mismos producen el contenido y lo consumen, por ende, también son diseñadores. Añadir que son la representación de un cambio de ciclo, son la generación (junto con los Millennials) que definen el lenguaje social, los nuevos patrones de relación y a su vez, entienden el lenguaje fuera de las pantallas, el analógico.
Por otro lado, estamos los diseñadores. Nosotros observamos como se mueven las personas en las RRSS, entendemos lo que buscan y diseñamos estas plataformas. Sobre nuestro tejado recae un valor fundamental, la ética. Hemos de tener en mente que, son espacios donde se potencia la vida social, surgen relaciones reales, personales, laborales y eso tiene un impacto directo en las vidas de las personas.
En el momento que diseñamos estas plataformas, marcamos unos patrones de interacción mediante el juego, es decir, el tablero de juego donde afloran las relaciones.
Todos somos responsables de diseñar el futuro
Teniendo en cuenta la influencia de los escenarios digitales en la vida de las personas, queremos apuntar hacia plataformas donde nutrirse y salir mejorado. Contenedores de información relevante y de calidad. Alejarnos del agotamiento mental.
También es importante el contenido, la información que compartimos.
Hablemos con propiedad, no nos adueñemos de palabras sin saber qué hay detrás de ellas, evitemos ‘palabras contenedoras’. Utilicemos términos válidos y reales a la hora de expresar ideas.
Mostrando datos veraces, ayudamos al público y a nosotros mismos a ampliar conocimiento, a discriminar entre la información importante de la superflua y comprender lo que tienen delante. En definitiva, a potenciar el pensamiento crítico.
Actualmente, nos encontramos en un ciclo donde diseñamos experiencias, no productos o servicios, sino experiencias. Proponemos poner el acento en generar experiencias inclusivas y basadas en dimensiones éticas. Donde la interacción con la plataforma sea un valor añadido y sobre todo, espacios que promuevan relaciones sanas.
Toda esta receta quiere llevarnos a una toma de conciencia del momento que estamos viviendo. Si somos conscientes de nuestro entorno podremos sacar lo mejor de él y ofrecer lo mejor de nosotros mismos.