El creciente uso de datos está transformando rápidamente la economía y la sociedad y este escenario supone un gran reto para las Administraciones Públicas. Los ciudadanos son conscientes del importante papel que pueden desempeñar los datos en la sociedad y sus expectativas crecen con cada avance en este ámbito. La sociedad comienza a demandar soluciones que no sólo ofrezcan ayuda con las obligaciones o trámites legales, sino que se anticipen y resuelvan sus necesidades de forma más sencilla y rápida. Yendo un paso más allá, los datos podrían contribuir eventualmente en el diseño de políticas basadas en evidencias y en la previsión de necesidades, mejorando la asignación de los recursos públicos de manera estratégica. Los datos pueden ayudarnos a generar valor añadido y enriquecer la implementación de las políticas y los servicios públicos, haciéndolos más eficientes y fiables.
Sin embargo, convertir los datos en resultados valiosos es costoso a muchos niveles diferentes. Las estrategias impulsadas por los datos deben unificar fuentes de diferente procedencia, hacer un esfuerzo por publicar datos abiertos y establecer una arquitectura de datos en la que se reflejen no sólo las normas, sino también la interoperabilidad y la semántica para apoyar su integración. En la etapa de implementación debe existir la infraestructura para apoyar la publicación y el intercambio de datos y también deben identificarse y desarrollarse la tecnología y las herramientas necesarias.
Otro aspecto importante es la confianza del ciudadano y la forma en que se procesan los datos, por lo que estas estrategias deben dar respuesta a preocupaciones relativas a la ética, la privacidad, la transparencia y la seguridad de los datos. Es muy probable que haya que actualizar distintas leyes o publicar otras nuevas para garantizar que se tengan en cuenta los derechos digitales. Por ello, aunque algunas administraciones estén priorizando nuevas políticas de gobierno del dato, el 80% de las organizaciones gubernamentales se encuentran todavía en las fases iniciales o de desarrollo de la madurez digital, según algunos estudios.
Aunque la evolución hacia una administración pública digital comenzó mucho antes de la pandemia, esta situación supuso un punto de inflexión en el proceso de digitalización, ya que los gobiernos de todo el mundo tuvieron que adaptarse. No obstante, son muchas las dificultades que siguen aplazando la transformación de las administraciones hacia una verdadera administración basada en datos.
Sector público: los retos de la gestión de los datos de la sociedad
Los datos que se gestionan en el sector público pueden adoptar muchas formas y proceder de múltiples fuentes. Pueden recogerse de un dispositivo IoT, de registros hospitalarios o incluso de los propios procedimientos administrativos. La variedad de fuentes y formatos de datos requiere interoperabilidad a diferentes niveles, tanto dentro de las administraciones públicas como también con el sector privado. Uno de los enfoques más eficaces para la interoperabilidad es el empleo de tecnologías semánticas y estándares universales, que permiten integrar los datos, hacerlos interoperables y transparentes para los usuarios finales. La transparencia es un aspecto clave, ya que las políticas de interoperabilidad también deben tener en cuenta las cuestiones de protección de datos y privacidad para que los servicios de intercambio de información ganen en aceptación y uso por parte de los ciudadanos. Compartir espacios comunes de datos en una cadena de valor específica, conocidos como espacios de datos, es primordial para transformar estas interacciones y garantizar la soberanía de los datos, la interoperabilidad de los mismos y su reutilización.
La tecnología seleccionada para procesar esta información no sólo debe ser segura y eficaz, sino también capaz de elaborar soluciones válidas que puedan gestionar conjuntos de datos tan complejos. Aunque el número de soluciones dedicadas a la analítica de datos no deja de crecer, la mayoría de las opciones se enfrentan actualmente a los mismos grandes retos. Por un lado, las plataformas end-to-end disponibles apenas tienen flexibilidad para adaptarse a las necesidades específicas del sector público y, por otro, no suelen ser capaces de ofrecer funcionalidades integrales.
Tecnología basada en datos para la digitalización de la administración pública
En los últimos años, la mayoría de las organizaciones han experimentado algún tipo de transformación digital. Sin embargo, aunque la revolución digital está siendo impulsada en su mayoría por soluciones basadas en la tecnología, cuando se trata de administraciones públicas estas soluciones avanzadas son insuficientes para satisfacer sus necesidades. Mientras tanto, el sector público podría beneficiarse a todos los niveles de soluciones cognitivas que ya estén listas para usarse, ahorrando tiempo y recursos en múltiples sectores, desde la sanidad hasta la educación.
Con el fin de mejorar sus capacidades de inteligencia artificial (IA), varios gobiernos ya han desarrollado estrategias nacionales de IA que establecen el camino hacia la innovación. La aplicación de tecnologías como la IA y el big data permite anticiparse y sacar conclusiones basadas en la información de una forma mucho más sencilla y productiva. Esto podría, a su vez, liberar a los funcionarios públicos de tareas repetitivas para realizar un trabajo de más valor, ayudarles en la toma de decisiones, contribuir a mejorar el compromiso con la ciudadanía o construir mejores servicios públicos y políticas basadas en evidencias y en información. Los estudios realizados por Gartner muestran que, para 2024, el 60% de las inversiones de las administraciones públicas en inteligencia artificial y analítica de datos tendrán como objetivo incidir directamente en las decisiones y resultados operativos en tiempo real.
Las administraciones públicas necesitan entonces una solución holística que abarque el proceso de principio a fin, una característica crítica que hace que ciertos servicios basados en datos sean las alternativas más competitivas del mercado. Una solución end-to-end que gestione todo el ciclo de los datos, desde su recogida hasta su consumo, y que además ofrezca soluciones de IA desarrolladas ad-hoc para abordar los problemas del sector público, podría ayudar a acelerar, anticipar y facilitar procedimientos tediosos. Debería, además, recopilar nuevos datos junto con la información preexistente de forma fluida, para ofrecer a las administraciones un servicio integral y compatible.
La información recogida de la población requiere herramientas específicas para el sector público, donde la seguridad, la ética y la transparencia con el ciudadano son cada vez más importantes. Estas soluciones no sólo sirven a la administración pública, sino que también proporcionan servicios sencillos y fáciles de usar, lo que lo que ayudaría en última instancia al sector público a avanzar hacia una digitalización completa. Un conjunto de servicios avanzados que tiene como objetivo reconstruir la relación con el ciudadano, al tiempo que anticipa soluciones a los problemas que el sector público tiene pendiente resolver.