El futuro de la Historia Social Única Electrónica | NTT DATA

vi., 22 abril 2022

El futuro de la Historia Social Única Electrónica

La Historia Social Única Electrónica es una de las iniciativas más apasionantes e innovadoras que se han desarrollado en el marco de las políticas sociales en los últimos años. Impulsada desde Europa, la HSUE está marcando el ritmo de la transformación de las organizaciones sanitarias públicas a lo largo y ancho de toda la geografía española. Un impulso definitivo en la gestión de los sistemas de información en el ámbito de servicios sociales y en la extensión de derechos sociales que en un mejor Estado de Bienestar.

Durante los últimos años las administraciones públicas han trabajado en el desarrollo de esta herramienta digital que permite mejorar la atención a las personas usuarias de los servicios sociales, haciendo posible la integración de datos personales provenientes de diferentes fuentes en un único documento electrónico con toda la información de la persona beneficiaria del recurso o servicio.

Entre otras cosas las grandes aportaciones del proyecto son las siguientes:

  • Simplifica la gestión de los servicios y las prestaciones.
  • Facilita los trámites a las personas beneficiarias.
  • Establece un único canal de comunicación con la ciudadanía.
  • Permite acceder fácilmente en tiempo real al estado de su expediente personal y social.
  • Agiliza el trabajo de las y los profesionales.
  • Permite que los documentos aportados por la ciudadanía en un procedimiento puedan reutilizarse en otro distinto.
  • Evita duplicidades en la información.
  • Asegura la confidencialidad e integridad de los datos.

Sin embargo, para poder exprimir el enorme potencial que tiene la herramienta, tanto organizaciones sanitarias, como administraciones públicas y el sector tecnológico deben ir un poco más allá y empezar a pensar en el futuro y en la evolución que la Historia Social Única tiene por delante. Especialmente, atendiendo a los desafíos que debe superar.

1. La esfera de la interoperabilidad.

El reto tecnológico está más que superado, pero en la complejidad que plantea la interoperabilidad a otros niveles, como el semántico, estará a clave de que este proyecto sea escalable a niveles nacionales, europeos e internacionales.

2. La clave está en los datos.

La calidad de los datos está bien salvaguardada por la estructura hospitalaria que se encarga de que estos aporten el mayor valor posible. El desafío está en otras dos vertientes. Por un lado, en el ámbito de la ciberseguridad, condición innegociable para cualquier intercambio de información, más en el ámbito de la salud. Por otro el uso inteligente de los mismos. Los datos son el soporte para la toma de decisiones ideal, para el diseño de mejores políticas sanitarias y para una intervención más correcta en los pacientes. Y su intercambio, ágil, permitirá diseñar soluciones más efectivas a problemas comunes. Aquí, de nuevo juega un papel clave la estandarización y la normalización de la información para permitir un traspaso de los datos eficiente y efectivo.

3. Más valor para el profesional.

Los roles de la sanidad están en redefinición. La tecnología es la aliada principal que viene para permitir que los profesionales sanitarios se dediquen a tareas de un mayor valor para la sociedad, para que puedan centrarse en el paciente. De la misma forma, el dato, es el elemento transversal que viene a transformar la toma de decisiones, gracias al aporte de más información, con mayor rapidez, con más capacidad de ver otros casos en otras geografías y que los sanitarios tengan todo ese valor en el momento de la toma de decisiones.

4. Una plataforma de servicios digitales para la ciudadanía

El último gran paso será lograr una omnicanalidad completa y un servicio unificado para la ciudadanía. La administración está llamada, como último hito, a poder ofrecer servicios proactivos y personalizados a las personas. Y también a poder interpretar los resultados de esa intervención reportados directamente por la persona usuaria.