El futuro puede ser más o menos incierto, pero podemos proyectarlo siguiendo algunas pistas que nos brinda el presente, si lo observamos curiosidad.
Por ejemplo, te diré que mi trabajo no existía hace 15 años.
Me explicaré; me dedico a la innovación corporativa, un área que ha evolucionado mucho en la última década. Las empresas siempre han tenido necesidad de mejorar, de crecer y de adaptarse a los cambios, sin embargo, la aproximación y las metodologías que se utilizaban hace 15 años eran diferentes a las de ahora, al igual que lo era el contexto. Los objetivos de innovación solían ligarse a un departamento de I+D, muy focalizado en el desarrollo de nuevos productos en base a conocimiento y los ritmos de mercado eran más o menos previsibles, permitiendo hacer planes a varios años con cierta fiabilidad.
La realidad actual es otra. La competencia es global; los clientes, la tecnología, los productos y los servicios evolucionan rápidamente y esto requiere que utilicemos todos los medios a nuestro alcance para adaptarnos a esta realidad cambiante y que todas las personas de la organización puedan escuchar, proponer e implementar cambios de forma ágil. En definitiva, estamos en un contexto en el que la cultura de innovación de la organización es clave para seguir siendo competitivos.
Yo no tenía ni idea, cuando comencé mi Licenciatura en Químicas allá por 2002, que mi formación científica sería uno de los pilares sobre los que se iba a cimentar mi carrera profesional, muy ligada a la cultura de innovación y la transformación digital. Y es que, las metodologías ágiles como Design Thinking o Lean Startup que se aplican en innovación se sustentan en el método científico para definir y validar hipótesis.
Quizá pienses que “lo normal” es trabajar en el mismo campo en el que te has formado, o que tu primera experiencia laboral marca tu desarrollo profesional. Pero la realidad es que, cuanto más evolucionas en tu carrera, mayor es la importancia de todas esas capacidades que no te evaluaron nunca, pero que son la base de tu desempeño: las competencias.
Las competencias del futuro
Según el Foro Económico Mundial, en 2025 el 50% de los empleados necesitarán volver a formarse, a medida que aumente la adopción de la tecnología.
Por eso es tan importante el aprendizaje constante y el desarrollo de habilidades como el pensamiento analítico y la innovación, la resolución de problemas complejos, la creatividad o el pensamiento crítico y de análisis, que se encuentran entre las cinco más demandadas, según esta misma fuente.
En realidad, estas habilidades están muy relacionadas entre sí cuando profundizamos en las metodologías de generación y desarrollo de ideas. Aproximaciones que quizá conozcas, como el Design Thinking combinado con la Resolución Creativa de Problemas abordan la innovación como un marco estructurado para la resolución de problemas. En este marco, partimos del análisis del problema identificado aplicando diferentes perspectivas o niveles, como pueden ser las personas implicadas, la causalidad y relaciones entre los diferentes hechos observados, o las necesidades que subyacen a esos problemas para, a partir de ahí, establecer los retos clave sobre los que generar ideas y prototiparlas rápidamente en base al feedback de usuarios y métricas objetivas, con el propósito de validar si hemos sido capaces de solucionar el problema identificado.
Por otro lado, la medición y validación de hipótesis son tareas muy vinculadas a la experimentación y al Pensamiento Crítico; ser capaces de distinguir qué es conocimiento validado y discernir entre suposiciones e hipótesis es la base del Lean Startup, otra metodología clave en el desarrollo ágil de productos y servicios basada en métricas, en la que los prototipos y MVPs (Productos Mínimos Viables) son el punto de partida sobre el que realizar experimentos, observar y medir la respuesta de los usuarios en base a la interacción real con productos simplificados.
En NTT DATA damos mucha importancia a estas competencias, por eso contamos con un área interna dedicada a la Cultura de Innovación, así como un equipo de Innovation Coaches experto en creatividad e innovación, dedicado a potenciar la generación de ADN innovador en la organización y en nuestros clientes.
Con el objetivo de democratizar la innovación en las organizaciones y que todas las personas de una compañía puedan adquirir las competencias básicas para identificar oportunidades y generar ideas, hemos creado la experiencia formativa e-Learning para empresas #ADNinnovación, basada en nuestra propia metodología, que proporciona a través de micro píldoras de 15 minutos, el conocimiento global en torno a la innovación, el mindset y las herramientas para fomentar la innovación en todas las áreas de la organización.
Y es que las herramientas son importantes, pero no suficientes. Para generar ADN innovador en una organización y que florezcan esas habilidades de los empleados, hemos de generar mecanismos que permitan la cocreación, la diversidad y el intercambio de ideas, así como promover espacios y contexto para que estas ideas se apliquen a todos los niveles; necesitamos convertir la innovación en un hábito y que todas estas habilidades se apliquen en el día a día de los proyectos. Y para ello, es fundamental sentar unas bases comunes en la organización en torno a “por qué”, “cómo” y “qué” innovar.
No sabemos qué nos deparará el futuro, pero sí sabemos que el reto de aprender nunca va a dejar de acompañarnos a cualquier nivel de nuestra carrera profesional.
Y tú, ¿tienes el ADN innovador para seguir aprendiendo?